Los “piques” también existen
en estas cosas de la Semana Santa y de las cofradías. Suelen ser pequeñas cosas
que acaban solucionándose, pero que a veces se enconan por esa falta de
capacidad que solemos tener todos los humanos, de escuchar lo que los demás
dicen y adaptarlo a lo que decimos nosotros. Ese partir las diferencias es de
lo más difícil que suele darse, máxime si las diferencias son entre colectivos
como las cofradías. Resulta que ahora nos vamos a encontrar con que el Lunes
Santo, que es el próximo, habrá dos procesiones casi a la misma hora, y casi
por las mismas calles. ¿Qué es lo que ha pasado aquí?, se pregunta uno que sabe
que si la participación para una es escasa, más lo será para dos.
Pues bien, es algo que podríamos relacionar con los derechos
adquiridos. Hace unos once años, la Cofradía del Cristo de las Batallas, por su
carácter militar, dejó de hacer su desfile de la Semana Santa, que se hacía
precisamente el Lunes Santo, con salida de Santa María a las ocho treinta de la
tarde. Para cubrir ese hueco, la Cofradía del Nazareno, que tiene muchos “hermanos” y muchas procesiones, pasó la
suya llamada “del Silencio” —que
hacía en la madrugada del Sábado Santo— al lunes. Eso se hacía como “emergencia”, pero la tal “emergencia” ha durado once años, ya que
éste, reformada y convertida en civil la Cofradía del Cristo de las Batallas,
vuelve a reclamar su procesión del Lunes. Lo lógico es que la otra cofradía
hubiera trasladado la suya al sábado, pero no se ha resignado y la anuncia para
el lunes, a las nueve treinta, con salida de Santiago.
Sabemos que el mayordomo y los “hermanos”
de la primera están molestos y hasta han recurrido al obispo, porque dicen: “Si casi todos somos cofrades del Nazareno,
¿cómo vamos a estar en las dos procesiones?”.
Ya ven cómo por la abundancia también se riñe.
Diario HOY, 28 de marzo de 1985
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.