Voy a referirme a ello por ser una novedad al menos en Cáceres, donde
la cosa ha caído muy bien. Se trata de que por primera vez en la historia
parroquial las “Conferencias Cuaresmales”
de San Juan, las predica un seglar y no un sacerdote.
La novedad ha hecho impacto en las gentes que, cada día más, acuden al
templo a escucharle, no sé yo si por la propia novedad, o porque el
conferenciante habla de forma distinta de la que hablan los curas y enfocando
la religión desde el punto de vista laico.
Hay algo que hay que tener en cuenta y es que a las gentes les gusta
que les hable “un paisano”, como
ellos —sin sotana y sin la rigidez de unos votos—, un padre de familia, que
tiene los problemas de cualquier hombre casado y con hijos, trabajador… Un poco
como ellos.
El conferenciante es Alberto Rodríguez Gracia, presidente de un
gabinete de estudios de una empresa, estudiante de Teología en la Universidad
de Comillas, presidente de Justicia y Paz, de Madrid, asesor de la Comisión Episcopal
del Apostolado Social y un “fuera de
serie” en estas cosas ya que participará como ponente en el Congreso de
Evangelización que organiza la Conferencia Episcopal Española. Pero a nosotros,
hombres de la calle, se nos antoja que es más “uno de nosotros”, que lo es cualquier cura, quizá por aquello de
llevar a la práctica lo que tanto se ha dicho de que la Iglesia somos todos y
no sólo los curas. Las gentes somos muy simples y pensamos en que Alberto
Rodríguez es un hombre de 48 años, con nuestros mismos problemas: mujer e
hijos, y nos gusta que nos hable desde un púlpito. No nos paramos a pensar que
Alberto Rodríguez es un hombre profundamente preparado en religión, cosa de la
que adolecen a veces algunos predicadores.
Diario HOY, 27 de marzo de 1985
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