Los plenos corporativos también tienen su parte lúdica —como se dice
ahora— y su suspense, aunque desde luego tienen mucho más suspense los plenos
del Ayuntamiento de Cáceres, que los de la Diputación.
En los de la Diputación, como en las películas que ya has visto,
conoces el final que será que, por mucho que la oposición diga y haga, por el
rodillo socialista de los votos mayoritarios, serán ellos los que acaben “llevándose siempre el gato al agua”. En
los del Ayuntamiento se entretiene uno más porque no hay mayoría total
socialista, con lo que el suspense dura hasta el final de las votaciones y
nunca conoces el final de la película.
Por lo dicho, los plenos de la Diputación son mucho más aburridos que
los otros, sobre todo ahora que AP ha perdido uno de sus diputados y por tanto
uno de sus ya de por sí escasos votos.
No obstante, y aunque se conozca el final de la película, los últimos
plenos de la Diputación han comenzado a ser más entretenidos, si uno presta
atención a las cosas que se dicen en ellos. Por ejemplo en el último, el
portavoz de la oposición, Bernáldez, dijo que los socialistas “querían hacer a los alcaldes caudillos
municipales”, pero alguien preguntó —no sé si con intención—: “¿Qué ha dicho: caudillos o pardillos?”
Otro momento lúdico, en el que los asistentes lo pasamos muy bien, es
cuando nos leyó parte de un artículo de la revista “La Cucaracha”, donde se decían algunas groserías, pero con gracias
y esto hay que reconocerlo porque todos los grupos reían de buena gana. También
hubo risa, cuando Hernández Rubio, presidente de la Comisión de Hacienda,
confesaba que no había manera de que la Institución Cultural El Brocense se
gaste un duro. En fin, que como ven, los plenos de la Diputación también se
están animando.
Diario HOY, 17 de febrero de 1985
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