Cuando suceden las desgracias todo el mundo promete “echar una mano”, lo malo es que pasado
algún tiempo la promesa se olvida y “si
te he visto no me acuerdo”. Esto exactamente es lo que viene pasando a la
familia damnificada por la caída de un lienzo de la “Torre Desmochada”, de las murallas de Cáceres. Como recordarán, esta
familia tiene su vivienda bajo la torre, y dicho desprendimiento aplastó parte
de su vivienda, aunque tuvieron la suerte de no estar ninguno de ellos en las
habitaciones afectadas por el desplome, que quedaron sin techumbre y a las que
se las dotó provisionalmente de un plástico como techo. En aquellos momentos el
alcalde ofreció correr con los gastos de alojamiento en alguna pensión,
mientras se reparaba la vivienda. La señora, ya que se trata de una mujer
viuda, con un hijo, ya mayor, rechazó el ofrecimiento del alcalde, por no ser
gravosos al municipio y, suponiendo que la reparación sería inmediata, se
quedaron a vivir en una o dos habitaciones no afectadas.
La señora se equivocó como nos equivocamos todos. Resulta que la
reparación inmediata no llegó, que la torre cuya propiedad ha sido siempre del
Ayuntamiento, ahora no es de nadie, porque el Ayuntamiento niega su propiedad
por evitar responsabilidades, puesto que Bellas Artes, que al parecer corre con
la reparación de la torre, indica que la de la casa debe hacerla el dueño de la
torre, y que la torre tampoco es suya. en definitiva, que parte de la vivienda
sigue tapada con un plástico que no ha valido durante esto días de intensa
lluvia y viento, con lo que se han inundado las habitaciones sin techumbre y el
agua ha inundado también a las habitaciones donde vive esta familia, que ya no
sabe a quién recurrir para que le reparen aquello. Posiblemente el alcalde y
Corporación “pasan” de todo esto.
Diario HOY, 10 de abril de 1985
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