Algún cacereño, ilusionado con las promesas de los políticos, se ha
llevado una tremenda desilusión cuando, tras de las promesas de que nada iba a
suceder, el día de los inocentes nos dan la noticia de que se suprimen los
viajeros en las líneas de ferrocarril de Extremadura. No ha podido elegir el
ministro Barón mejor fecha para tomar la decisión que ya algunos nos veníamos
maliciando cuando la RENFE y sus responsables, aparte de fingir un posible
diálogo con las comunidades afectadas —la nuestra la más ingenua— había
suprimido ya el despacho de billetes por esas líneas a partir de la fatídica
fecha del día 1 de enero. Era jugar con ventajas y no querer arreglar las cosas
a través de ningún diálogo, cuando lo primero que se hace es suprimir los
billetes. Pues bien, este cacereño y algún otro más, me dicen que han “apuntado en la libreta de ofensas”, con
fuerte trazo rojo, los nombres de Barón del Partido Socialista y de los que
ellos creen los responsables de que nos quiten el ferrocarril: “En las próximas elecciones los va a votar su
padre”, dicen muy indignados, aunque todos sabemos que en Extremadura, tan
acostumbrados sufrir tarascadas de
todos, estas cosas se acaban olvidando.
Tomando la cosa un poco a broma, habría que felicitar a nuestro “consellers” de Transportes, señor
Torres, por su gestión, tipo Morán, en la que ha conseguido que al menos no se
quiten los trenes de mercancías, porque bien pensado, nuestros trenes de
viajeros, sin calefacción, sin comodidades, con continuas averías, eran trenes
tipo Oeste americano, o del siglo pasado, por lo que posiblemente podamos
seguir viajando en los de mercancías —como en el Oeste— sin pagar billete.
Diario HOY, 30 de diciembre de 1984
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