Lo he pensado mucho antes de escribirlo, porque no es mi intención
salir a “enmendar planas” a nadie, ni
soy yo quién para hacer tal cosa con gentes tan brillantes como el
comentarista, al que admiro, Antonio Burgos, pero creo que cuando una persona
tan oída y leída como él comete un error de verdadero bulto hay que
subsanárselo, sin tratar de enmendarle en ningún otro sentido, ni aún el
comentario en que cometió tal error, con cuyo contenido estoy totalmente de
acuerdo, salvando el error histórico de colocarnos al emperador Carlos I de
España y V de Alemania, hombre que vivió en la primera mitad del siglo
dieciséis (y no lo pongo en “palotes”
por evitar alguna errata), nada menos que en el siglo catorce, reiterando en su
comentario una y otra vez: “El prudente
rey español del siglo catorce”. Justifica este pequeño comentario, que
suele ser sobre cosas de Cáceres, el que ese prudente rey del siglo dieciséis
(no del catorce) eligió Yuste, un monasterio cacereño, para venir a morir en
él, lo que me da pie para tratar el asunto como si de un rey cacereño se
tratara, por aquello de que no se elige el nacer, pero Carlos V eligió la
tierra para morir y por tanto es más nuestro que de nadie.
Bien, la errata de Antonio Burgos la cometió en una de las “chispas” que publica con su voz en la
COPE, en el espacio “Protagonistas”,
del pasado miércoles que, por cierto, repitieron el pasado sábado. Toma pie de
una frase de Carlos V, ante el Papa, en que defendiendo el empleo del español
dijo que “el español era para hablar con
Dios, así como el francés era para hablar entre caballeros y el italiano con
damas”, para hacerse eco del desacierto de editar en vasco el “Kamasutra”, repitiendo una y otra vez
que “Carlos, el prudente rey del siglo
catorce”, cuando Carlos I nació en 1500 y murió en Yuste el 21 de
septiembre de 1558, a los 58 años de edad en pleno siglo dieciséis.
Diario HOY, 5 de enero de 1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.