El pasado viernes, día 26, llegó a Cáceres el presidente de la Junta
de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y a bombo y platillo fue
inaugurada la iluminación artística y extraordinaria de nuestra Ciudad
Monumental; inauguración que —según se había dicho— reseñaba de algún modo la
reciente designación de Cáceres como patrimonio de la Humanidad. Como la
noticia trascendió en todos los medios informativos, muchos fueron los
cacereños y muchos los turistas que aprovecharon el fin de semana para venir a
ver la Ciudad Monumental con la iluminación extraordinaria, que el presidente
de Extremadura había inaugurado el día antes, y se llevaron el tremendo chasco
de que aquello estaba tan oscuro como antes, ya que esa iluminación inaugurada
por Rodríguez Ibarra a bombo y platillo por lo único que brillaba era por su
ausencia, como suele decirse en las reseñas sociales. Ni que decir tiene que la
indignación de los visitantes de dentro y de fuera fue grande y los primeros
preguntados por la iluminación fueron los policías municipales, que dijeron que
“antes las llaves para encender y apagar
la iluminación que había las tenían ellos, pero que ahora no sabían quién las
tenía y como las preguntas del personal eran continuas habían informado a sus
superiores”.
Hubo opiniones para todos los gustos porque nadie puede imaginarse que
el concejal de Alumbrado tenga tan pocas
luces como para dejar a oscuras la Ciudad Monumental en Navidad y en un fin de
semana, o que el alcalde reserve las luces extraordinarias sólo para cuando nos
visite algún “capigordo” amigote, y el pueblo —como siempre— tenga que
conformarse con las migajas de cuatro bombillas, porque va a resultar que el
patrimonio de la Humanidad se nos ha quedado en patrimonio de cuatro amigos y “superiores”, que es para los únicos que
gastará vatios el encendido extraordinario.
Uno no imagina que haya tan poca vista o tanto abandono.
Diario HOY, 30 de diciembre de 1986
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.