A mí no me preocupa sólo que nos quiten el ferrocarril, sino el que en
nuestra región nos lo quitan todo y con cualquier régimen. Nada más que un
gobierno, del signo y régimen que sea, se proponga quitar algo a Extremadura,
¡zas!, se lo quita impunemente, sin que aquí pase nada ni haya una abierta
oposición, porque si la hay, alguien se encargará de acallarla, mientras que el
resto de los que hoy poblamos Extremadura lo veremos como la cosa más natural
del mundo, porque no sabemos a quién recurrir o, lo que es peor, porque
sabiéndolo, al que le encarguemos nuestro recurso estamos convencidos que de
antemano lo tiene perdido. Sucedió con el trasvase del Tajo; ha vuelto a
suceder con la supresión de trenes que nos son imprescindibles para nuestra
comunicación y desarrollo volverá a
suceder en cualquier momento del futuro: en unas ocasiones nos echarán por
delante la solidaridad con los demás; en otras la poca rentabilidad de nuestras
secularmente esquilmadas tierras y en todas ellas diremos: “Sí, Buana, tienen ustedes razón”. La
constante será la misma, con dictadura, república, monarquía o gobiernos de
cualquier tipo y color.
Recuerdo que, antes del expolio del ferrocarril, ya en democracia,
hablaba con un amigo demócrata y socialista, del trasvase del Tajo, ocurrido en
la época del régimen de Franco y me decía: “Eso
ahora con los socialistas no podría haber ocurrido entonces no teníais una
Junta de Extremadura, que pudiera defender con uñas y dientes a la región, era
una dictadura y como tal actuó en contra de Extremadura y a favor del poder
central como ocurre siempre”.
Ahora, cuando ha sucedido lo del ferrocarril, en cuya defensa sigue
actuando casi en solitario el alcalde de Plasencia y nuestros teóricos defensores
han vuelto a decir: “Sí, Buana, tienen
ustedes razón”, pienso si mi amigo el demócrata y socialista seguirá
pensando lo que decía entonces.
Diario HOY, 22 de noviembre de 1986
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