Como siempre puede explicarse lo absurdo, vamos a tratar de explicar
como lo hace el hombre de la calle esa noticia que más o menos dice lo
siguiente: “Si se aprueban las enmiendas
presentadas por la minoría catalana al proyecto de ley del fondo de
compensación, irán cerca de siete mil millones menos para Extremadura y cinco
mil millones más para Cataluña.”
Algún “juan extremeño” puede
muy bien explicar o admitir la explicación siguiente: “Tienen razón los catalanes por aquello de que en su tierra tienen más
población extremeña que la que hay en cada una de las provincias de
Extremadura.”
¿No lo dice el pareado popular: Extremadura dos, Cáceres y Badajoz? O
aquel otro que surgió para decir que en el norte había tanta población
extremeña emigrada como en la propia Extremadura: “Extremadura tres: Cáceres, Badajoz y Avilés.”
Pues haciendo parangón de esos pareados populares, podría decirse, si
es que esa petición de la minoría catalana se lleva a efecto, “Extremadura tres, Cáceres, Badajoz y
Hospitalet”, porque si bien lo pensamos, en Hospitalet, por citar uno de
los puntos de emigración de nuestros paisanos, hay tantos extremeños como en la
propia Extremadura.
Claro, que de aprobarse eso y con estas razones absurdas, que son tan
buenas como otras cualquiera, podríamos llegar a la conclusión de que esos
emigrantes de Extremadura tendrían que tener también aquí, en lo regional, su
propia representación, para intervenir en las decisiones que se lleven a cabo
en nuestro territorio, que también es el suyo aunque se hayan visto obligados a
emigrar Y conste que esto no es nuevo, porque algún partido político viene
hablando largo y tendido de este asunto, en el que si se cede, tendríamos que
pedir, también en el futuro parlamento extremeño y siguiendo el mismo planteamiento,
que estos emigrantes tuvieran sus representantes, con lo que la paridad de las dos
provincias —tan discutida— se podría ir al garete y se nos convirtiera no en
paridad sino en “triaridad”. Los
miembros representantes de la Extremadura de las dos provincias y los miembros
representantes de esa otra Extremadura que está por esas cataluñas de
Dios, trabajando. ¿O es que esos
paisanos nuestros no tienen también derecho a manifestar su parecer en nuestro
futuro parlamento? En fin, amigos, que aquí como en caballería, todo tiene
explicación.
Diario HOY, 10 de julio de 1982
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