Tanto se ha hablado estos últimos tiempos del repetidor de Televisión
Española de Peñarredonda, que uno acaba teniendo una “galleta” que no hay quien lo aclare. Según los técnicos, lo allí
puesto tiene tanta potencia o más que tenía el viejo repetidor que se inutilizó
por el uso —cosa lógica— y además debe verse en las zonas de sombra mejor que
se venía el anterior. La culpa, según los técnicos, la tiene el que no se dota
a los receptores de las antenas adecuadas en el canal 56 y 50, que son las
buenas y de las que tiene que proveerse para luego poder decir si lo ven o no
lo ven
Hay otra cosa más que los técnicos han aclarado, cuando se les
preguntó por qué el poste no emite en todas direcciones y sólo en unas
determinadas, dijeron que “sería un gasto
inútil” el que el poste emitiera en todas direcciones. Gasto inútil, ¿para
quién: para Televisión o para los usuarios? Porque si el poste por potencia
pudiera cogerse sin antenas especiales, el ahorro sería para el usuario que no
haría el “gasto inútil” de tener que comprar nuevas antenas…
En fin, todas estas cosas merecen el que, intentando hacer una
aclaración a los técnicos —que estimamos nadie les ha hecho—, nos hagan volver
a tratar el tema, haciendo un poco de historia de por qué surgió ese
microrrepetidor de Peñarredonda, por qué era potente, por qué era omnidireccional
(o sea que emitía en todas direcciones) y del porqué de la pretensión de que
pudiera verse con antenas interiores.
El asunto del poste municipal en Peñarredonda surgió cuando era
alcalde Alfonso Díaz de Bustamante, un enamorado de la Ciudad Monumental, y
surgió tanto por la zona de sombras de Pinilla y San Blas, como del deseo de
que en la Ciudad Monumental no se instalaran antenas de televisión que rompían
el entorno del conjunto monumental. Estamos por decir que surgió casi más por
lo segundo que por lo primero, porque don Alfonso tuvo en mente hasta llevar a
la ciudad monumental la señal de televisión por línea telefónica; pero esto era carísimo,
Visto desde este ángulo el asunto creemos que se ha olvidado esa segunda
parte: que el viejo poste tenía potencia suficiente y emitía en todas
direcciones para que en la ciudad monumental no fuera necesario el uso de
antenas exteriores; porque Cáceres no es una ciudad común, sino dos ciudades:
una moderna y otra monumental, que necesitan un trato especial que no necesitan
otras localidades. Si la solución que nos da Televisión Española no ha contemplado
esta segunda parte —de la que ahora nadie habla—, lo puesto ahora viene a
cumplir peor que lo que había de antiguo… y nada más.
Diario HOY, 27 de julio de 1982
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