miércoles, 23 de agosto de 2017

Una aclaración necesaria sobre Peñarredonda


Tanto se ha hablado estos últimos tiempos del repetidor de Televisión Española de Peñarredonda, que uno acaba teniendo una “galleta” que no hay quien lo aclare. Según los técnicos, lo allí puesto tiene tanta potencia o más que tenía el viejo repetidor que se inutilizó por el uso —cosa lógica— y además debe verse en las zonas de sombra mejor que se venía el anterior. La culpa, según los técnicos, la tiene el que no se dota a los receptores de las antenas adecuadas en el canal 56 y 50, que son las buenas y de las que tiene que proveerse para luego poder decir si lo ven o no lo ven
Hay otra cosa más que los técnicos han aclarado, cuando se les preguntó por qué el poste no emite en todas direcciones y sólo en unas determinadas, dijeron que “sería un gasto inútil” el que el poste emitiera en todas direcciones. Gasto inútil, ¿para quién: para Televisión o para los usuarios? Porque si el poste por potencia pudiera cogerse sin antenas especiales, el ahorro sería para el usuario que no haría el  gasto inútil” de tener que comprar nuevas antenas…
En fin, todas estas cosas merecen el que, intentando hacer una aclaración a los técnicos —que estimamos nadie les ha hecho—, nos hagan volver a tratar el tema, haciendo un poco de historia de por qué surgió ese microrrepetidor de Peñarredonda, por qué era potente, por qué era omnidireccional (o sea que emitía en todas direcciones) y del porqué de la pretensión de que pudiera verse con antenas interiores.
El asunto del poste municipal en Peñarredonda surgió cuando era alcalde Alfonso Díaz de Bustamante, un enamorado de la Ciudad Monumental, y surgió tanto por la zona de sombras de Pinilla y San Blas, como del deseo de que en la Ciudad Monumental no se instalaran antenas de televisión que rompían el entorno del conjunto monumental. Estamos por decir que surgió casi más por lo segundo que por lo primero, porque don Alfonso tuvo en mente hasta llevar a la ciudad monumental la señal de televisión por línea telefónica;  pero esto era carísimo,
Visto desde este ángulo el asunto creemos que se ha olvidado esa segunda parte: que el viejo poste tenía potencia suficiente y emitía en todas direcciones para que en la ciudad monumental no fuera necesario el uso de antenas exteriores; porque Cáceres no es una ciudad común, sino dos ciudades: una moderna y otra monumental, que necesitan un trato especial que no necesitan otras localidades. Si la solución que nos da Televisión Española no ha contemplado esta segunda parte —de la que ahora nadie habla—, lo puesto ahora viene a cumplir peor que lo que había de antiguo… y nada más.
Diario HOY, 27 de julio de 1982

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