Ahora que andamos a vuelta con los simbolismos que puedan
representarnos a todo el mundo hispano y que aprovechando la próxima
celebración del descubrimiento de América, se ponen de actualidad algunos ya
lanzados o se crean otros, como es esa cruz de la Unidad Hispana que acaba de
presentarse en Madrid, tenemos que decir que en cuestión de símbolos y
representaciones no estuvimos muy de acuerdo nunca, ni en los primeros siglos
de la conquista y colonización, todos los que formábamos ese mundo, aunque
entonces estaba unificado bajo la monarquía española. Precisamente una de las
extrañezas que surgen al español que visita México es el porqué las dos
vírgenes hispanas más divulgadas, que llevan el mismo nombre de Guadalupe, sean
imágenes distintas, aunque ambas representen a la Madre de Dios.
La Guadalupe extremeña, no habrá que explicar cómo es, porque todos
conocemos la venerada imagen de las Villuercas, nuestra patrona descubierta
mucho tiempo antes del descubrimiento y la conquista americana, por el cacereño
Gil Cordero. Lo lógico sería que la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de
México cuya devoción llevaron allí los conquistadores, por ser su patrona,
tuviera la misma representación que la extremeña, pero no sucede así. La Virgen
guadalupana es una imagen pintada, más parecida a la Purísima, con un ropaje
distinto y rayos que la circundan alrededor…. ¿Porqué estas diferencias?, se
preguntan los extremeños, ya que, apartando tradiciones piadosas, la primera
devoción fue llevada por los extremeños a las tierras recién descubiertas,
¿cómo no llevaron la imagen que conocían sino otra? Pues bien, esta rareza
tiene una explicación sencilla, que por cierto no suele gustar a los mexicanos,
pero que fue así explicada para que la entiendan las gentes de hoy día: Resulta que cuando los conquistadores
trataron de llevar la imagen de Guadalupe al Nuevo Mundo, los frailes jerónimos
de Guadalupe, por tener ellos “la
exclusiva” en la limosnería, se opusieron ya que ellos no estaban
autorizados a pasar a las nuevas tierras, sino los franciscanos. Así las cosas,
autorizaron a que se llevara otra imagen, que entonces figuraba en el coro del
monasterio, que es la que pasó a México y a la que tanto conquistadores como
indígenas —con muy buen sentido— llamaron Virgen de Guadalupe y que es la
actual Guadalupe mexicana… Ello aparte de las leyendas y tradiciones piadosas
del indio Juan Diego, que no están en contra de este hecho, si ustedes quieren
de “exclusiva comercial”, que se dio
entonces.
Diario HOY, 15 de octubre de 1982
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