Días atrás pedíamos en una de nuestras secciones, concretamente “La calle al habla”, que se dotara de
acerado a la avenida de San Blas, dada la peligrosidad que para aquellos
vecinos y para la gran masa de estudiantes que bajan y suben de la Facultad de
Letras tiene el tramo, ya que, o
transitan por la calzada, exponiéndose a que se los lleve algún vehículo, o lo
hacen por las cunetas llenándose de polvo o barro. El comentario no le agradó mucho
a nuestro alcalde y el bueno de don Manuel nos preguntó que si no sabíamos que
estaba en marcha el proyecto de urbanización de todo aquello con unos hermosos
acerados, cosa que sin duda nos alegra mucho… pero que nos da pie para decir
que una cosa es que “estén en marcha los
proyectos” y otra que haya acerados y se utilicen, porque aquí tenemos una
larga lista de proyectos en marcha que después, aún con todos los sacramentos,
resultan fallidos.
Nos recuerda este enfado —leve enfado porque don Manuel no tiene
dobleces— al que en tiempos se “agarró”
otra autoridad porque dijimos que los alojamientos hoteleros en nuestra ciudad
eran escasos. Aquella autoridad, relacionada con el ramo de hostelería,
reaccionó de forma similar —aún más violenta— y llegó a decirnos “que si no sabíamos que estaba en marcha el
Parador Nacional de Moctezuma, que era cuestión de cuatro días el que funcionara”…
y ahí está el solar.
El mismo derrotero parece que va a tomar el aparcamiento subterráneo
de la plaza Mayor, que se veía tan fácil, y que por “fas o nefas” parece también que se va a quedar en intento. En fin,
que como decía aquel: “que una cosa es
llamar a la puerta, y otra levantarse a abrir”… y aún otra más tener la
puerta abierta, porque si tuviéramos que sujetar la crítica —crítica sin hiel
siempre— por los proyectos, las ideas, y las buenas intenciones no podríamos
decir “ni chus, ni mus”.
Diario HOY, 29 de septiembre de 1982
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