A mí me parece de perlas lo de vestirse de mamarracho, si a cambio te
dan dos mil pesetas más la comida. Ayer comenzó en nuestra ciudad monumental la
filmación de una película más de época, que creo es una nueva versión de “La Celestina”, y a cuenta de ello los
estudiantes, la gente en paro y cuantos tuvieron la suerte de que se los
contratara como “extras”, tras
aguantar una cola de espera, comenzaron su labor que consiste en vestirse con ropas
de época y aguantar lo que te digan tienes que hacer a cambio de esas dos mil
pesetas, que nunca vienen mal al que las recibe, aunque haya que reconocer que
ayer, día caluroso, el estar vestido con ropas de abrigo tenía mucho de
sacrificio. Las inmediaciones del Arco de la Estrella, que se cerró al tráfico,
se habían convertido en un trozo de la historia medieval y era hasta curioso
pasar por allí, viendo a Fulano o a
Mengano —personas conocidas— vestidos de menestrales, hidalgos damas, etc..
No es la primera vez, ni será la última, en que nuestra ciudad
monumental se nos convierte en plató de cine y a cuenta de ello, muchos
cacereños y por tanto Cáceres también, ganan un dinero en una industria que
aunque es de tarde en tarde y de temporada, vienen muy bien a las exiguas
economías de muchos vecinos. Recuerdo que las primeras filmaciones, como “La cuarta carabela”, etc., se hacía de “extra” por verdadera novedad y sin cobrar
un duro, lo que sin duda constituía un abuso de las filmadoras, abuso ahora
corregido, ya que cualquier trabajo debe pagarse.
Pienso yo que nuestro recinto amurallado, que tiene una explotación
turística, podría tener también una explotación cinematográfica más frecuente;
ya se dijo en alguna ocasión que en la ciudad monumental eran nuestros “pozos de petróleo”, por lo que es lógico
que debería cuidarse su entorno en este sentido.
Decimos esto porque ahora, de pocos años a esta parte, los equipos de
filmación se ven precisados de nuevo a tener que tapar con simuladas cornisas o
adornos los muchos cables de teléfono y eléctrico que han proliferado de nuevo.
Limpiar aquello de cables, en
la época de alcaldía de Díaz de Bustamante, costó Dios y ayuda, parte de mucho
dinero, por lo que es ilógico que los ayuntamientos actuales hayan comenzado a
tolerar esas instalaciones de cables que vuelven a afear aquello... En fin, si
esto puede dar dinero a los cacereños, como plató, es lógico que el propio
Ayuntamiento lo cuide en todos sus detalles en los que se incluyen los tendidos
de cables, canalones y todo lo que ahora ha vuelto a afear nuestra ciudad
monumental.
Diario HOY, 24 de julio de 1982
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