Yo no sé si el Ministerio de Hacienda lo hace intencionadamente o sin
intención, pero el efecto que logra es “engolosinar
a la clientela y luego darle en la cresta”. Lo digo a cuenta de las
dichosas máquinas tragaperras, que de un modo “informal” y sin mucha norma de por medio, se permitieron instalar
en todos sitios y luego, una vez que se engolosinó al personal, se dictaron una
serie de normas restrictivas de su uso y, como era lógico, comenzaron a llover
las multas, porque una vez que el personal se ha acostumbrado a jugar con
ellas, es muy difícil hacerle entrar por la norma.
Igual, más o menos, pasó con el bingo que de momento y en sus
comienzos se autorizó en todos sitios y sin mucha inspección ni norma, y cuando
se había creado el gustillo a utilizarlo, tanto a los que lo montaron como a
los clientes, se les ajustó un “corsé”
que trajo como consecuencia cierres y multas.
La cosa, económicamente, debe irle bien al Ministerio, pero pienso yo
que lo lógico sería crear antes los reglamentos restrictivos y después
autorizar la utilización ateniéndose a ellos…
Per en fin, no es de estas tragaperras de las que deseo hablar, sino
de un sistema nuevo e incontrolado que, con intención o sin ella, ha montado la
Telefónica en muchas de sus cabinas de utilización pública.
Se viene dando el caso, más frecuente de lo que podría pensarse, de
que usted deposita sus monedas en el teléfono público de la cabina, marca el número
apetecido, se establece la comunicación, el llamado tiene tiempo de decirle: “Diga…”, pero antes de que usted
pronuncie una palabra, el aparato corta como si usted no hubiera depositado
moneda, aunque se acaba de tragar la que puso en su ranura. Repite la
operación, y vuelve a suceder lo mismo. Cambia de cabina, y si no está de
suerte, la nueva cabina le vuelve a repetir la operación en la que no falta más
que el aparato le saque la lengua (¡la lengua, don Toribio!)… lo que huele a
befa y mofa, por mucha culpa que le echemos a la electrónica… Y dicen los
usuarios, y repito yo con ellos ¿Dónde se reclama el dinero gastado sin dejarle
a uno decir ni pío? ¿Es a Hacienda donde hay que reclamar, ya que de máquinas
tragaperras vulgares se trata, y que encima no dan premio? En fin, de este mar
de dudas, desearíamos nos sacara alguien con conocimiento de causa.
Diario HOY, 13 de agosto de 1982
Para que encontremos muchos consejos en el blog de https://Loteriadominicanas.com/loteria/new-york-tarde-130/ es bueno que juntos aprendamos muchas cosas más y que tengamos diferentes aspectos interesantes entre nosotros.
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