En Cáceres existe la tradición, creo que refrendada por la historia,
de que la reina Isabel la Católica bordó la bandera municipal con que se tomó
Cáceres en el siglo XIII conocida por “Pendón
de San Jorge”, incorporando a la misma el castillo, símbolo de Castilla,
porque el “Pendón” sólo tenía el
símbolo leonés y fue esta reina la que formó la bandera y escudo que representa
a Cáceres, con león y castillo… Pero con todo, yo no paso a creer que Isabel de
Castilla bordara el “Pendón”, y voy a
explicar porqué.
La historia es de nuestros días, resulta que a una señor, vecina de Cáceres,
a la que vamos a llamar , doña Pilar, se le cobró por parte del Ayuntamiento,
indebidamente, un recibo de 1.400 pesetas referido a unos impuestos que ella no
debería pagar, por una serie de circunstancias que no vienen al caso, pero
sucedió que llegando a cobrarle el recibo y no estando dicha señora en casa, un
vecino —tratando de hacerle un favor— lo pagó por ella. Ella abonó al vecino el
anticipo, aunque reclamó al Ayuntamiento por lo indebido del cobro. La
reclamación duró un año en papeleos y desde el primer momento, la burocracia
municipal dio la razón a la referida señora diciéndole que, en efecto, el cobro
había sido indebido, pero que como este dinero había sido ingresado ya en las
arcas municipales y figuraba en no sé qué presupuestos de la Corporación habría
que estudiar la fórmula para reingresarle, a doña Pilar, sus 1.400 pesetas.
La cosa es menos sencilla de lo que yo explico, porque en ese año
largo, doña Pilar hubo de entrevistarse con diversos técnicos de la
administración municipal y con el propio alcalde para quedar clara su posición
y el que el cobro no debería habérselo hecho. Hubo instancias reintegradas,
papeleos, visitas y pérdidas de tiempo que pueden valorarse en más de las 1.400
pesetas que se reclamaban…, en fin, que
la cosa pasó a la permanente para darle una fórmula de devolución. Y aquí viene
lo curioso del caso, parece ser que la Administración Municipal tiene gran “terror” a decir que se ha equivocado, y
en vez de figurar el asunto de la devolución de las 1.400 pesetas, como “por cobro indebido” —que es lo que sería
lógico— se le dio la fórmula —que así figura en los papeles internos— de que el
pago de las 1.400 pesetas, a su propietaria, se hacía: “Por trabajos de bordado y reparación efectuados por ella en el Pendón
de San Jorge”, con los que todos —hasta doña Pilar— quedaron tan contentos
y así se escribe la historia, porque, oiga, ¿quién me dice a mi que a doña Isabel,
la reina, no le hicieron lo mismo y hasta a lo mejor era para pagarle otro “cobro indebido” de aquel entonces?
Diario HOY, 21 de mayo de 1982
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