Conste que el libro al que voy a referirme me lo ha regalado mi buen amigo
Juan Ramón Marchena, que poseía dos ejemplares, y sabiendo de mis aficiones a
todo lo que se refiere a Cáceres y provincia tuvo la amabilidad de hacerme este
regalo. Lo digo porque no pueda pensarse
que el libro, editado ahora por la Institución Cultural “El Brocense”, es regalo de ésta en el que “obligatoriamente” — más o menos— hay la obligación de hacer una
recesión y “echar unos piropos” a lo
publicado… Nada de eso, aunque los piropos voy a echárselos, no por la
obligación social del agradecimiento del regalo, sino por el contenido del
libro que creo es sumamente interesante.
Se trata del titulado “Logrosán (legajo histórico)” del que es
autor el fabuloso sabio que nació en dicha tierra, entendido y doctor en muchas
materias que se llamó en vida Mario Roso de Luna.
La Institución Cultural “El
Brocense”, que tantas cosas buenas viene haciendo en su campo, ha tenido el
buen acuerdo de reproducir en facsímil un manuscrito propiedad del Ayuntamiento
de Logrosán, en el que el indicado sabio dejó su crítica y conocimientos sobre
su tierra natal y entorno, en una serie de folios de su puño y letra que son
los que ahora se reproducen, con dibujos del propio autor, y hasta con las
tachaduras originales que tiene,
El libro es totalmente inédito y se edita como homenaje a Roso de
Luna, en el cincuenta aniversario de su fallecimiento, siendo más curioso aún
saber que dicho manuscrito le fue vendido al Ayuntamiento de Logrosán por su
propietario, en 1900, en el precio de ciento cincuenta pesetas.
El contenido, del que no tenemos espacio para hablar profundamente, es
sumamente interesante y se adjuntan, no sólo las noticias sobre el propio pueblo,
sino otros sobre lo más notable del partido, con la soltura y gracia que Roso
de Luna ponía en sus escritos.
Si ustedes quieren, la noticia es nimia, pero como entraña el rescatar
algo casi perdido en un momento oportuno, tenemos que aplaudir tanto el acuerdo
de Logrosán, de comprar ese manuscrito en su día, como el de la Institución “El Brocense” al darle esta divulgación.
Finalmente, pienso yo que muchos legajos de interés parecido deben andar
por esos ayuntamientos cacereños y sería interesante que, de algún modo —como
en el presente caso—, se trataran de rescatar para la posteridad.
Diario HOY, 11 de julio de 1982
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