jueves, 24 de agosto de 2017

Nada nuevo bajo el sol


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Desde luego que no hay nada nuevo bajo el sol. Ahora vuelve a estar de moda el ocultismo, magnetismo, no sólo con la publicación de libros referidos a estas prácticas, sino con la creación de sociedades que a ellas se dedican, dando un tinte científico a lo que a veces es sólo puro entretenimiento. Se da el caso, sobre todo en la juventud, de pensar que todo esto es rabiosamente nuevo. Como botón de muestra de que no es así, podemos decirles que hojeando una colección de periódicos editados en Cáceres a principios del siglo pasado, ya se hablaba de ello como cosa popular en nuestra población de entonces, que debería estar alrededor de los 10.000 a 15.000 habitantes.
Para que ustedes lo vean más claro, tomamos del periódico cacereño El Regenerador Extremeño la información que el 20 de mayo de 1853 da sobre ello. Dice el periódico: “Sigue el magnetismo. Ya no es tan sólo en Madrid donde la gente se ha vuelto loca con los experimentos magnéticos. También en Cáceres, hombres, mujeres, jóvenes y viejos, todos buscan una mesa que se mueva, un sombrero que corra y un velador que gire...” Y continúa describiendo como se hace la “cadena”, etc.
También en aquel entonces se buscaban tesoros ocultos y, a veces, con resultados positivos. En otro ejemplar del mismo periódico, del 3 de junio, agrega: “Acaba de suceder en la calle Pintores. Desde la muerte del padre de don Antonio Arroñiz, todo el mundo, y su familia misma, se figuraban que debía tener algún dinero escondido, pero cuantas diligencias se hicieron fueron infructuosas, hasta que uno de estos días, al ir a destapar un albañal, apareció lo que tanto se había buscado. Hay quien dice subir la cantidad a los 25.000 duros, o más, pero lo que se ha presentado al público sólo son 10.000 reales.”
Pero ¿cómo era Cáceres entonces?, se preguntarán algunos de ustedes. En vez de contestar directamente la pregunta, vamos a responder con algunas informaciones del periódico. Una dice: “Gato muerto. Hace muchos días que hay uno en la calle Clavellinas, sin que lo recoja el carro de la basura”. Otra: “Desde la Puerta de San Antón a la de San Blas y viceversa, se ha establecido un paso continuo de carros cargados de mieses: esto es curioso y comprometido; si no hubiera otro camino, pase, pero habiendo tantos...
Vean que los problemas —a pesar del lógico paso del tiempo— en muchos aspectos siguen siendo los  mismos.
Diario HOY, 1 de agosto de 1982

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