(Incluida en el libro
“Ventanas a la Ciudad”)
Siguiendo con nuestro callejero vamos a hablar hoy de una plaza, “La Concepción” que, si la vemos hoy como
está, con un jardín central en su medio, no fue plaza ni jardín hasta hace relativamente
poco.
En el lugar que hoy ocupa el jardín estuvo el convento de religiosas
de la Purísima Concepción, de donde le viene el nombre desde que el edificio
fue demolido y en recuerdo de él. No hace mucho apareció una lápida —que creo
se ha puesto en la fachada de la Casa de la Cultura— que decía: Plazuela del
Marqués de la Ysla (así con “y” griega y todo), de lo que hay que deducir que
cuando existía el convento, la placita que estaba delante de él, único espacio
que entonces había delante precisamente de la Casa de la Cultura (que es la de
los Marqueses de la Isla), llevaba el nombre mencionado de “plazuela del Marqués de la Ysla”, que
desaparecería cuando, derruido el convento, se llamó el espacio que quedó plaza
de la Concepción.
Este convento, el de la Purísima Concepción, lo mandó fundar por
testamento don Juan Durán de Figueroa en 1605 y en él estaban enterrados él y
su mujer, doña Isabel Baca, como tales fundadores. El convento, que debería
estar ya en ruinas en la primera mitad el siglo pasado, se hace desaparecer en
1844, pero el sepulcro de los fundadores, con el escudo de armas de su
apellido, se lleva al nuevo cementerio, que es el actual, y acababa de fundarse por entonces. Es más, la Junta de
Beneficencia Provincial, que es quien hizo el mencionado cementerio, instaló en
él este primer sepulcro, trasladando los restos mortales de mencionados
consortes en consideración a haberse empleado para la construcción de la
capilla del cementerio mucha de la piedra del convento de la Concepción. Es más,
se dice en un documento que en el altar posterior del ábside de esta capilla,
que está al aire, se empleó el adorno de cantería que tenía el convento,
instalándose sobre él una imagen de la Virgen de la Estrella, de mármol (que
todavía está allí), que mandó hacer el obispo don Sancho Velunza, en 1726,
durante el reinado de Felipe V de Borbón, y que estuvo antes en la fachada de
la iglesia de San Francisco.
Esta imagen fue la que dio origen al célebre pleito entre el Obispo y
el Ayuntamiento, por el que el obispo excomulgó a nuestro ayuntamiento, a raíz
de la reforma del Arco de la Estrella... Pero eso ya se lo conté a ustedes en
otra de nuestras ventanas, por lo que no vamos a volver sobre ello. Quede
constancia sólo de que la plaza rememora el que en ella existió el convento de
la Concepción, hay día desaparecido.
Diario HOY, 20 de julio de 1982
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