Tanto las ofensas como los halagos no debemos olvidarlos y en
cualquier caso es bueno conocer la historia de lo que se nos da o se nos quita,
para valorar lo que se nos hace en el transcurso de la historia.
Cáceres es la provincia a la que la administración socialista ha
quitado más tramos de ferrocarril (cerrado de momento a los viajeros). El
ferrocarril Plasencia – Astorga llevaba 89 años funcionando y no fue fácil su
gestación ni su puesta en marcha. Nuestros gestores del siglo pasado comenzaron
a pedir el ferrocarril que una ley de 1870 plasmó en una orden en la que se
creaba la línea Mérida a Salamanca; pero como las dos secciones primeras de
este ferrocarril estaban ya construidas, o sea la línea Mérida a Cáceres y
Cáceres a Malpartida de Plasencia, se sustituyó por una disposición ministerial
de 1882, en la que se autorizaba el tramo de Malpartida de Plasencia a Salamanca
para continuar a Zamora y Astorga. Todo ello se aprobó en 1884 y fue construido
e inaugurado todo el tramo en 21 de julio de 1896 en que comienza a funcionar
la línea Plasencia – Astorga que, ahora de un plumazo, nos suprime la
administración socialista.
No vamos a entrar en rentabilidad social del ferrocarril en esos 89
años fue mucha y ésta se ha ignorado a la hora de suprimirlo. Por nuestra parte
creemos que no es justo suprimir de un plumazo y sin escuchar razones, 89 años
de servicio, porque lo fácil es suprimir o destruir y lo difícil es construir y
aun tener la suficiente imaginación como para hacer rentable una línea que,
justo es decirlo, nadie se había encargado de modernizar, cuando en los
negocios —y esto lo era— hay que invertir antes para obtener rentabilidades.
Creemos que casi cien años de ferrocarril no pueden suprimirse de un
plumazo, o es un irresponsable quien lo hace, si encima dentro de nada nos va a
pedir los votos.
Diario HOY, 9 de enero de 1985
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