Hay un fenómeno que suele darse y es que, cuando uno se vuelve más
patriota es cuando por las circunstancias que sean, tiene que estar alejado de
su país. Yo no sé si esto ocurre en todos los países, pero a los españoles se
nos da el caso de que cuando estamos en España solemos ser los más detractores
de nuestras cosas, pero estando en el extranjero, aunque sea sólo de paso, nos
volvemos unos verdaderos defensores de lo nuestro, quizás por la añoranza de
ello. Esto suele ocurrir también a escala regional: los extremeños más
defensores de Extremadura son los que, por obligación, han de estar alejados de
ella, y este caso se nos da en gran medida con nuestros emigrantes, o los que
por cualquier otra causa de trabajo, han de estar fuera de la región. El
fenómeno es curioso porque, de momento, el que tiene que emigrar se va dolido
de la tierra que no supo darle trabajo, pero esto acaba olvidándose y hay una
vuelta amorosa hacia las raíces.
Quizás sea este el fenómeno que ha causado el éxito obtenido por la
muestra de productos extremeños que se ha expuesto al filo de la Navidad en
Galerías Preciados de Madrid, cuyo éxito ha sido enorme, hasta el punto de que
se terminaron todos los productos expuestos y hubo que tirar hasta de los de
los escaparates, que normalmente no suelen venderse. Hay que felicitar a los
organizadores por ello pero la exposición ha tenido un pequeño fallo, cual es
que solía darse como recuerdo un llavero de plástico con una mano en posición de
“OK”, cosa que encajaba bien con el
éxito de la muestra, pero que desilusionaba al extremeño visitante cuando veía
que, en letra muy pequeña, el llavero llevaba impreso “Made in Italy”… ¿Es que no pudo darse algo hecho en Extremadura?
Diario HOY, 8 de enero de 1985
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