viernes, 1 de diciembre de 2017

Los árboles mágicos


Ya no existe la polémica que hubo, no hace tantos años, en lo referido a la representación navideña, bien por un “belén” o por un “árbol de Navidad”; los cristianos y católicos hemos asumido los dos símbolos como iguales, aunque en aquel entonces se discutió lo suyo sobre si era más católica la representación del “misterio  a base de figuras, como tradicionalmente se hace en España e Italia, o bien si el árbol lo era también, ya que simboliza la unión de la familia en torno a un tronco común, que podría representar a la misma Iglesia. Al final, como era lógico, han quedado igualados los dos símbolos y tan cristiano es uno como otro, aunque para los pueblos latinos la tradición nos incline mas hacia el “portal”, que representaron todos nuestros imagineros y del que existe la leyenda de que lo “inventó” el propio San Francisco de Asís, que hasta incluyó en él el buey  la mula, por su amor a los animales.
Quizás por aquí nos hemos resistido más al árbol, por lo escasos que son, razón por la cual lo hemos ligado siempre más a los símbolos mágicos o de encantamiento. Yo no sé si en ello hay alguna tradición de los árboles raros que nuestros conquistadores encontraron en América, pero lo cierto es que en Extremadura hay tradiciones raras relacionadas con ellos, referidas a estas fechas y aun en la noche de San Juan, recogidas en libros antiguos. Por ejemplo, a la salida Oeste de Alcuéscar, en la calle del Parral, había uno cuyos frutos lloraban en esas noches. En el ejido de Garbayuela había otro árbol raro, cuyas hojas cantaban esa noche, pero el que oía el canto moría, con lo que todos huían de él esas noches. Yo no sé si esos árboles continuarán existiendo, pero los viejos libros así lo cuentan, y como curiosidad lo recogemos para estas fechas.
Diario HOY, 27 de diciembre de 1984

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