Ni que decir tiene que el tema de conversación ayer, en Cáceres, era
la propuesta de José Luis Machuca para gobernador civil de Ávila. Cada cual lo
comentaba a su manera, dando las más encontradas versiones de los porqués, cosa
esta que no puede estar más en la mente del que lo ha propuesto. Anticipo que
personalmente me alegro de tal propuesta y hasta pienso que Machuca sería un
buen gobernador de Ávila, salvando las reticencias —que las hay— aunque sólo
sea por aquello de que “de menos los hizo
Dios”.
Lo que pasa es que hay quien se lo ha tomado con humor y comienza a
preguntarse si se va a llevar el sonómetro a Ávila, ya que durante un tiempo
Machuca y el sonómetro estuvieron en el candelero de la prensa local
continuamente, como lo estuvieron los semáforos, el perro de las drogas y otras
cosas que, aparte de que salieran unas veces mejor y otras no tanto, muestran
que José Luis Machuca es un hombre al menos trabajador y con inquietudes,
puesto que su gestión municipal la viene ejerciendo en dos corporaciones, desde
1979, con lo que quiere decirse que como concejal no puede considerársele un novato.
Quizás lo más gracioso es lo que vienen diciendo sus compañeros
concejales de la oposición, que en el pleno del pasado día 8 de este mes le
presentaron una moción de censura por su actuación en las elecciones del comité
de personal del Ayuntamiento echándole en cara, poco menos, que había tratado
de manipularlas.
Como ya hay antecedentes de que cuando este grupo u otro grupo censura
a alguien, su partido lo promociona (como podía ser el caso Mancha), ellos han
dado en decir que gracias a su moción de censura, el partido de Machuca, a altos
niveles, le ha promocionado aunque sólo sea por llevar la contraria a la
oposición. En fin, no hay nada más que humor en todo ello y así lo recogemos,
deseando a José Luis, si es que todo se cumple, muchos aciertos en Ávila.
Diario HOY, 26 de marzo de 1985
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