jueves, 7 de diciembre de 2017

Meditaciones carnavaleras


Total, que ayer enterramos la sardina y hoy estamos ya en el tempo cuaresmal, en este “miércoles de ceniza” que siempre es el pórtico de la Cuaresma. Lo que yo no acabo de comprender es como enterramos la sardina como final del Carnaval (que viene de carne), para entrar en un tiempo donde, el buen observante de la religión, tendrá prohibida la carne. Lo lógico es que en esas tradicionales luchas entre “Don Carnal” y “Doña Cuaresma”, lo enterrado fuera el propio don Carnal, pero no en forma de sardina, sino en forma de carne, porque en este tiempo que comienza son los ayunos y las abstinencias de carne los tradicionales.
En fin, este es un punto a meditar, no muy trascendente, pero es que los bullicios, los madrugones, las bebidas y los bailes de carnaval tampoco uno puede dar a la meditación un punto trascendente.
Lo que sí haremos es decir, por lo que a Cáceres capital se refiere, es que este resucitar del Carnal ha tenido al menos el calor del público aunque entre las gentes mayores había sus miedos, por la inseguridad ciudadana que habitualmente nos venimos padeciendo. Alguno se pensaba y lo decía: “Si ahora te asaltan a cara descubierta en cualquier lado, te ponen una navaja en pleno día y te piden el dinero, ¿tú me dirás qué será si consienten las caretas?”, a lo que su interlocutor decía: “Pues mira, a lo mejor éstos que te asaltan, con las caretas puestas no son capaces de asaltar a nadie…” y fíjese por donde éste último parecía tener razón porque, en líneas generales —quizás por haber más gente en las calles de madrugada— en Cáceres se han registrado menos asaltos que en días normales, y más tranquilidad ciudadana. No, si a lo mejor habrá que autorizar careta todo el año.
Diario HOY, 20 de febrero de 1985

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.