Creo que una de las cosas que hicieron famoso al alcalde, que es ya
historia, don Antonio Canales, fue el que don Antonio era un hombre al que
gustaba recorrer las calle del Cáceres de su entonces, visitar los “cortes” de obras, charlar con los
obreros y departir con los vecinos, no sólo en la visita protocolaria del
despacho, sino en la propia calle. No se me oculta que el Cáceres de los años
treinta y tantos, no es el Cáceres de los años ochenta. En aquél prácticamente
se conocían todos los vecinos y en éste no nos conocemos ni los que vivimos en
el mismo inmueble, aunque seamos “moradores”
—cono se decía entonces—.
Lo que quiero decir es que el alcalde Canales, era un alcalde que
callejeaba y de ese callejeo venía mucho el contacto con el pueblo y el sintonizar
con él y el conocer los temas que
interesaban a la ciudad.
Ahora es más corriente que los alcaldes vayan en coche, y no sólo los
alcaldes, sino la mayoría de los concejales, con lo que el contacto de lo que
pasa en la calle les llega normalmente a través de los partes que les da
diariamente la Policía Municipal: “que si
en tal calle hay un bache, que si un tragante de tal calle, no tiene tapadera,
etc.” porque en este aspecto la policía se mueve bastante. Pero el leer un
parte —cuando se lee, que no es siempre— no es lo mismo que comprobar las cosas
por uno mismo, con lo que de ahí puede partir un poco el abandono en que la ciudad
se encuentra.
Por otra parte, la Policía Municipal callejea mucho, pero lo hace
principalmente en coche, y a nuestro juicio ese puede ser también un fallo, porque
en la calle hacen falta policías de a pie que la “pateen”, como podrían ser esos policías de barrio de los que tanto
se ha hablado sin que lleguen a ponerse en práctica.
Diario HOY, 27 de enero de 1985
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