domingo, 6 de agosto de 2017

De cuando excomulgaron al Ayuntamiento


(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
No sé si les he contado a ustedes que nuestro Ayuntamiento está “excomulgado” desde el siglo XVIII. Si no se lo he contado, por ser una curiosidad de la ciudad voy a hacerlo aunque dejando a un lado los detalles engorrosos, que son más bien para los investigadores.
El caso sucedió cuando en el siglo XVIII el Ayuntamiento, o Concejo de la villa, trató de reformar el Arco de la Estrella como está en la actualidad. Para ello contrató al arquitecto Manuel de Lara Churriguera, que fue el que hizo la obra. El arco, que tiene un indudable mérito arquitectónico, se hizo en esviaje, o sea, enfocando la callejilla del Adarve que va al palacio de Moctezuma, porque el corregidor —o alcalde— de entonces, que era el que en realidad costeaba la mayor parte de la obra, vivía en dicho palacio y deseaba que las carrozas que entraban a él pudieran hacerlo sin maniobrar como sucedía con la antigua puerta, que debía ser más sencilla, estrecha y enfocada hacia Santa María. El proyecto se hizo, se aprobó por el Concejo y comenzó la obra, pero como no se había pedido permiso para ella al entonces obispo de Coria, que vivía en el palacio contiguo, éste se molestó y lo hizo saber así al Ayuntamiento, indicando, además que como la protección espiritual del arco corría a cargo de la Virgen de la Estrella, se entendía que era necesario el que el obispo diera el visto bueno a la obra.
No lo entendió así el Ayuntamiento y se enzarzó en polémica con el prelado, que seguía manteniendo su criterio y punto de vista de que la obra no debía continuar. La razón que pudiéramos llamar humana para esta negativa era, al parecer, que el obispo había encargado a un escultor una imagen en mármol de la Virgen de la Estrella, que quería poner en la hornacina del arco, pero que no encajaba con el estilo que Lara Churriguera quería dar al conjunto, estando hecha ya otra imagen de la Virgen —la que ahora figura— en piedra de Salamanca. La polémica se agudizó y el obispo amenazó con pena de excomunión al Ayuntamiento si la obra continuaba. El Ayuntamiento continuó la obra y el obispo pronunció la excomunión... Lo curioso es que el Concejo se dirigió al Vaticano para preguntar si la excomunión era válida y el Vaticano, con su prudencia habitual, no ha respondido todavía la pregunta..., y ésta se hizo en el siglo XVIII.
Para los curiosos diremos que la imagen de la Virgen, hecha por el prelado, es la que actualmente figura en el cementerio cacereño.
Diario HOY, 14 de marzo de 1982

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