Estos días, con el fervor tradicional acostumbrado, se ha venido
celebrando el “besapié” a la imagen
de Jesús Nazareno, de gran devoción en el pueblo de Cáceres que, en muchos
casos, al referirse a él comete una incorrección lingüística, porque el pueblo
de tradición le llama “Jesús de Nazareno”,
lo que no es correcto, como no sería correcto decir: “Jesús de cacereño” en lugar de “Jesús
cacereño” o “Jesús de Cáceres”…
En fin, esto no tiene mayor trascendencia, pero el arraigo de ese error merece
paremos mientes en el mismo.
No relacionado con la Cofradía, de la que ya en ocasiones diversas
hemos hablado largamente, vamos a referirnos hoy a una curiosidad de la iglesia
de Santiago, cuya primera construcción data del siglo XII, y en la que nació la
Orden de Caballería de Santiago, una de las cuatro Órdenes Militares españolas,
que en principio se llamó “Fratres de
Cáceres”.
Bien, una cosa que es relativamente reciente, pero que quizás muchos cacereños
no recuerdan, es saber que en dicha iglesia, con motivo de celebrarse el VIII
Centenario de la Fundación de la Orden de Santiago, el día 25 de octubre de
1970, celebraron “capítulo” las
Órdenes Militares españolas: Santiago, Alcántara, Montesa y Calatrava. Creo que
ha sido el último capítulo que estas Órdenes de Caballería celebraron
conjuntamente y aquí vinieron los viejos caballeros de estas cuatro órdenes,
que estoy seguro pasaban todos de los 70 años, y vestidos con sus “capisallos” y atuendos antiguos, nos
ofrecieron un espectáculo singular e inolvidable para los que lo vimos. Presidió
el capítulo el Marqués de Lozoya y aparte de los caballeros de Santiago, se
encontraban: por la Orden de Calatrava, el Conde de Casas Rojas, y los
marqueses de Santa Cruz de Rivarrubia y de Biñasco; por la de Montesa, el
marqués de Casa Valdés y por la de Alcántara, el conde de Santana de Las
Torres; don Luis Zulueta; don Gonzalo Gª de Blanes y el sacerdote don Pedro
Ignacio de Zulueta, que ofició la misa. El conde de Canilleros, pronunció un
discurso con la historia de la Orden de Santiago, y tras él un cortejo formado
por estos caballeros, se trasladó a la Torre de Bujaco donde se ofició un
responso por los “Fratres de Cáceres”
que fueron los primeros mártires de la Orden: creo que no ha habido
posteriormente ningún capítulo más conjunto de dichas Órdenes y es digno de ser
recordado.
Diario HOY, 6 de marzo de 1982
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