Una noticia que no debe pasarnos desapercibida es la de que ha bajado,
cosa insólita en estos tiempos, la carne de cordero pascual. Tomando pie de
ello diremos que nuestra tierra ha presumido siempre de tener buenas carnes de
cordero y hasta ser ésta una de las carnes tradicionales para nuestros platos
típicos como pueden ser el frite y la caldereta, platos autóctonos y riquísimos
que son una verdadera delicia para el paladar.
Yo no sé si la tradición del cordero, y el consumo de su carne, es
mora, judía o cristiana, porque quizás eran carnes que consumían de tradición
las tres religiones y razas que convivieron más de ochocientos años en nuestro
suelo.
Es más, recordamos todavía la tradición del “borreguito pascual” que no hace tantos años se solía comprar a los
pequeños de las familias cacereñas para que disfrutaran del animalito,
sacándole al campo a comer y encariñándose con él, para luego, en la Pascua, o
en el día de la Montaña, ponerle el “Collar
colorado” (como solía llamarse al proceder a su mate) y que sirviera de
comida familiar en la excursión campestre o romería de toda la familia.
Para los pequeños, la muerte del cordero solía ser un “día de luto” y algunos se negaban hasta
a comerlo, pero los días anteriores eran de suma alegría, y hasta había
vendedores ambulantes de trébol para alimentarlos que recorrían las calles con
su cantinela de “¡Trébol pa los
borregos!”. Los campos cercanos a Cáceres se llenaban de familias que
aprovechando el tiempo primaveral salían a merendar todas las tardes a ellos
poniendo como pretexto el darle de comer al borreguito.
Hay otras tradiciones que se relacionan precisamente con el ganado
ovino, ya que la Mesta debió centrarse principalmente en la bajada de estos
ganados a Cáceres, hasta el punto de que la Iglesia parroquial de San Juan se
llamó en principio “San Juan de los
ovejeros”, porque fueron estos ganaderos los que la crearon, y hasta ahora
pueden verse en la actual iglesia una serie de gárgolas o canalones de piedra
que tienen precisamente la forma de ovejas o corderos y recuerdan el origen
ganadero de la fundación de esta iglesia cacereña.
Ello nos vincula precisamente a estas tradiciones ovinas, que son
oportuno recordar en estas fechas.
Diario HOY, 21 de marzo de 1982
NOTA.- Agradecemos la cesión de las dos fotos en las que se ven niños. La primera (cuatro niños), cedida por D. Antonio JIménez tomada el 17 de abril de 1960, siendo su esposa la primera niña de la izquierda.- La segunda foto (dos niños), cedida por D. Luis Montes Quijada, en la que aparecen D. José Solana y su hermana. A todos ellos, ¡gracias por su aportación!
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