Parece una inconsecuencia que nuestro a Ayuntamiento, o parte de él,
tras de permitir a una empresa, belga o de donde sea, hacer unas prospecciones
en nuestra Plaza Mayor, para comprobar si el subsuelo es apto para instalar un
aparcamiento subterráneo, tras de haber gastado su dinero con el “penetrómetro” que aquí se trajo, ahora
que pide un derecho de tanteo para realizar el mencionado aparcamiento
subterráneo —en pugna con otras empresas que puedan concurrir (que no
concurrirá ninguna)— se les intente dejar el asunto sobre la mesa, o darle
largas, o decir —como dijo el señor Machuca— que porqué no intentan hacerlo en
otro sitio, etc., etc. Gracias a que el buen sentido de la mayoría se impuso y
el asunto salió adelante, porque pienso yo que algún bien supondrá para Cáceres
hacer un aparcamiento —que ninguna empresa cacereña iba a hacer— y que supondrá
algunos puestos de trabajo para Cáceres, aunque sean pocos, y un beneficio
general para todos, aunque —lógicamente— la empresa se lleve su “tajada” que igual se la podría llevar en
cualquier otra población española.
De estas inconsecuencias está lleno nuestro Ayuntamiento, y no me
refiero al actual, sino a otros que tropezaron en la misma piedra sin beneficio
para ellos ni tampoco para la ciudad.
Esto me recuerda que hace ya años, cuando era alcalde Díaz de Bustamante y se intentaba la remodelación
actual de la plaza, que dicho sea de paso ha quedado infame, se intentó hacer
un aparcamiento de este tipo. El alcalde de entonces convenció, más por amistad
que otra cosa, a una empresa nacional que se dedicaba a esto, para que fijara
sus ojos aquí y hasta presentara un proyecto de mencionado aparcamiento, que
correría todo a cuenta de ellos, y por lo que pedían a cambio la explotación
del mismo durante 50 años.
La cosa parecía hecha, pero cuando el asunto se trató en pleno, a un
concejal de aquel entonces se le ocurrió decir que en vez de autorizar los 50
años de explotación se le redujeran a 25. Pienso que el concejal lo dijo sin medir
las consecuencias y sin estudiar el asunto que era de pensar la empresa tenía
más que estudiado, en cuanto a rentabilidad… En definitiva, que nos quedamos
con nuestra plaza y ellos se fueron con el aparcamiento a otro sitio… ¿No se
corre ahora el mismo peligro?
Diario HOY, 13 de mayo de 1982
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