Hemos hablado más de una vez del tremendo aumento de la delincuencia
juvenil, en muchos casos diríamos delincuencia casi infantil. Personas
caracterizadas y con conocimiento del tema han pulsado las causas, muchas veces
nimias y ocultas, que han dado lugar a esta proliferación de la delincuencia de
los jóvenes, tema que debe alarmarnos a todos, pero al lado de ese aumento de
los delincuentes y sus métodos, tenemos que reconocer que nuestras fuerzas de
orden público, tanto Guardia Civil como la Policía, han sabido hacer un gran esfuerzo parejo para ponerse al día
con una efectividad que aplaudimos sin reservas y que tenemos que reconocer
todos, aunque sea ingrato aceptar que a veces, por los entresijos de las leyes,
los delincuentes entran por una puerta y salen por la misma. Esto, pensamos
puede descorazonar también a los hombres que no descansan en su quehacer de
mantener el orden, pero ellos no hicieron las leyes y nosotros debemos
estimularlos también para que continúen en esa labor efectiva, que somos los
primeros en reconocer y aplaudir sin reservas.
Viene esto a cuento porque la Guardia Civil acaba de poner en claro una
serie de robos que venían cometiendo en casas de campo, establecimientos
diversos y otros sitios seis jóvenes, algunos casi niños, del pueblo de Sierra
de Fuentes, que no tienen antecedentes penales (por lo que era bastante más
difícil la cosa) y a los que se les ha ocupado un botín variadísimo de objetos
que solían vender para seguir “fardando” con su “cubatas” o sus motos.
Los chavales se han confesado autores de un veintena de robos y, de
momento, han quedado a buen recaudo.
Y volvemos al principio: ¿Por qué estas cosas en un pueblo donde se
conocen todos? No sabríamos qué contestar, pero pensamos que los que más
desconocen a sus hijos son los propios padres. También pensamos que no sólo
falta reconocimiento, sino autoridad familiar que, si en el pasado en algún
caso fue excesiva, es necesaria también ahora. Es muy fácil coger la “cuesta
abajo” de la delincuencia habiendo comenzado casi por juego; lo difícil es
frenar en esa cuesta abajo. Porque, y esto es lo importante, la Guardia Civil y
la Policía saben cumplir con su deber y por mucho tiempo que pase y por muchas
circunstancias que ocurran seguirán cumpliendo con él, y esto es importante.
Vaya nuestro aplauso a la efectividad de ambos Cuerpos.
Diario HOY, 27 de febrero de 1982
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