La solución, mañana

No es que quiera yo convertir esta sección de comentario en una de entretenimiento de las de Ocón de Oro, en las que en cada “ventana” habría que poner al pie: “La solución mañana”. Digo esto porque en la “ventana” de ayer, titulada “El medio ambiente y su deterioro”, salieron una cantidad de erratas sin sentido que daban la sensación de que el comentario estaba escrito en clave y, de hecho, algunos seguidores de ella me han llamado para preguntarme qué era lo que quería poner y hasta me confesaron que se habían reído mucho puesto que al hablar de “deterioro de ambientes” lo que se había realmente deteriorado era el comentario que no acababa de entenderse en muchas de sus partes, porque parecía escrito en ruso o en chino.

Yo, por mi parte, pido disculpas y pienso que si ustedes se han reído con las erratas al menos éstas han servido para algo positivo como es el arrancar la risa al lector, que no es poco. Pero como todo requiere una explicación habrá que dársela, diciendo que de hecho lo que salió es debido a una “colaboración no solicitada” de algún linotipista, compañero mío, que yo disculpo por aquello de que los “duendecillos de las erratas” se cuelan cuando uno menos lo piensa y hay días que no hay forma de frenarlos. Si sirvió para que el lector riera, mejor que mejor, pero diré que al compañero le agradezco esta colaboración pero, mientras me dejen, prefiero realizar el espacio sin esas “ayudas” por mucha gracia que hayan hecho a todos los que se atrevieran a leer aquel galimatías. Pero por aquello de “la solución mañana” aclaro que la parte que decía “Acampada en el kalle de Cherra Fuenato”, quería decir que de “las muchas personas que acamparon en el valle de Sierra de Fuentes, algunas dejaron lumbres encendidas, tras de levantar el campo”, con el peligro de provocar incendios en el monte y deteriorar por tanto este entorno natural de dicho valle.

Pido disculpas en nombre propio y en el del compañero, del que habrá que decir que “el mejor escribano echa un borrón” y aunque sólo sea por eso, ustedes no nos deben regatear estas disculpas que pedimos. Dios quiera que los “duendes” estén hoy más sujetos.

Diario HOY, 25 de marzo de 1982