Aunque sólo sea porque la mayoría de los orfebres y joyeros cacereños
de la capital son de origen ceclavinero, vamos a tratar de este bello pueblo
que, aunque algo alejado de la capital, ha estado siempre muy unido a ella.
Y vamos a tratar de Ceclavín porque en los orígenes étnicos de la
población hay un serie de leyendas, la mayoría de ellas con un fondo real, que
le hacen singular entre los pueblos de la provincia, hasta el punto de que
allí, aparte de haber “sangre inca”
llegada de América, existe, según parece, hasta “sangre egipcia” llegada no se sabe de dónde, aparte, claro es, del
denominador común de romanos, godos, árabes, etc., etc.
Alguna vez hemos contado la leyenda de los indios de la altiplanicie
andina, Tupaz y Yupanki, cuyos descendientes, al menos los de Tupaz,
convertidos ya al catolicismo y
bautizado con el nombre de Miguel, casó con una ceclavinera y entre
cuyos últimos descendientes figuró un canónigo de Coria, con fama de santo,
llamado Honorio María Sánchez de Bustamante; pero hay otros misterios étnicos
en cuanto al origen de la población ceclavinera.
Su fundación es romana y su nombre procede del latín “Cella vini”, que quiere decir “Bodega de vino”, porque desde entonces
sus “caldos” tuvieron fama, hasta el
punto de que era el preferido de Carlos V quien, agradecido, elevó su rango de
aldea a villa. Perdida y ganada después por moros y cristianos, el último en
rescatarla a los agarenos fue Alfonso IX de León, el mismo que tomó Cáceres,
que en el privilegio de su repoblación, al referirse a ella, dice algo que
sigue siendo un misterio étnico para los que han estudiado el tema. El rey
expresa en el escrito: “los míos egipcios
de Cellavin…”. ¿Es que los ceclavineros con que Alfonso IX repobló la villa
eran de origen egipcio?... Misterio. Alguno se inclina por creer que fueron los
primeros “gitanos” o “egiptanos”, como los actuales “calés”, pero los gitanos llegan a España
algún siglo después… ¿Por qué los llamó “egipcios”
el Rey?... No se sabe, pero queda claro que el origen de los ceclavineros es
muy distinto del de los pueblos de alrededor. ¿Será por ello el que sus
artesanos de la orfebrería y otros oficios han sido también singulares? Ese es
un misterio más de la historia cacereña, que a alguno gustará conocer.
Diario HOY, 3 de marzo de 1982
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