Interrogantes ante las estatuas

Yo no sé cuáles serán los acuerdos finales tanto del Ayuntamiento como de la Diputación, en relación con la reciente visita de Eduardo Capa, escultor alumno de Pérez Comendador y, en cierto modo, reparador y continuador de su obra. Ya en ocasión anterior, otro Ayuntamiento de Cáceres le encargó que realizara y fundiera de nuevo las cuatro avecillas de bronce que, en cada una de las esquinas de la estatua que hay en Cánovas de Gabriel y Galán, había para poder completar todo el monumento, porque  esas avecillas de bronce (obra como todo él de Pérez Comendador) habían sido robadas. Capa requirió unas antiguas fotografías en las que se venían mencionados motivos, para poder reproducirlos, ya que los antiguos moldes de la fundición no existían y hubo que hacer moldes nuevos Los hizo a maravilla y hasta se dotaron de unas espigas más largas, y para afianzarlos mejor y dar menos facilidades a los posibles ladrones. Podemos dar hasta un detalle más: el fundido en bronce de cada una de esas avecillas costó al Ayuntamiento anterior —que fue el que lo hizo— alrededor de las 60.000 pesetas.

En el mismo paseo, en la parte de abajo, hay otro monumento escultórico, obra de Mateo Inurria, costeado por suscripción de los liberales de Extremadura y dedicado al que fuera destacado político liberal, don Juan Muñoz Chavez. En dicho monumento, la estatua de mujer desnuda que representa a la Ley, ha sido destrozada un montón de veces, y ahora está sin la cabeza y sin un brazo.

No quiero referirme a los destrozados motivos escultóricos de las fuentes de Cánovas, de menor entidad artística, pero también bellos. Ahora se habla de una reparación de algunos de estos monumentos y la instalación de una estatua ecuestre a Hernán Cortés, razón por la que nos visita Capa, y pienso yo, y conmigo un montón de cacereños: ¿Qué medidas tomará el Ayuntamiento, o quien sea, para que esos nuevos monumentos no sean robados y destrozados tras su inauguración?

Diario HOY, 22 de enero de 1986