La lluvia y las ferias de Cáceres

Ya que hoy ponemos punto final a las ferias de San Fernando y ya que ha habido que suspender algún festejo por la lluvia, aunque se salvaran las tres corridas de toros, tenemos que decir que la lluvia ha sido una constante secular de las ferias de Cáceres y que más de una vez hubo que suspender los festejos a causa de ella. También hemos de decir que por esas circunstancias y por otras las ferias nunca han tenido las mismas fechas ni la misma duración. Como curiosidad barajaremos algunos datos históricos.

La primera feria de Cáceres la dio en el Fuero el rey reconquistador Alfonso IX de León, con un mes de duración, que iba desde los quince últimos días de abril a los quince primeros de mayo, pero los cacereños de aquel entonces, bien por la lluvia o la longitud de ellas, pidieron al rey que esta prolongadísima feria se dividiera en dos, lo que autorizó por carta fechada en Burgos el día 8 de julio de 1266, quedando la feria dividida; la primera los ocho últimos días de abril y los ocho primeros de mayo, y la segunda desde San Andrés al 14 de diciembre. Tampoco debió ser muy acertada esta división porque en 1685 la feria vuelve a durar treinta y cinco días, comenzando a partir del 11 de junio para reducirse posteriormente a cinco días y desaparecer después.

Sin feria propiamente dicha, sino con mercado, debió subsistir algunos años, pero la feria actual, tal  como la conocemos, vuelve a surgir en 1896, que se realizaba del 28 al 30 de mayo.

La documentación recogida desde entonces habla en muchas ocasiones del inconveniente de las lluvias, que solían ser frecuentes al menos desde 1896, teniendo que suspenderse muchos festejos taurinos a lo largo de los años, y hasta pensarse seriamente en cambiarla de fechas, para que comenzara a mediados de junio, con idea de enlazarlas con las de Plasencia y Badajoz. Infinidad de acuerdos se tomaron en este sentido, pero nunca llegaron a ponerse en práctica.

Diario HOY, 3 de junio de 1984