Las jornadas y la falta de tacto

Quedamos en hablar de las “Jornadas Literarias por la Alta Extremadura” que se realizaron en Cáceres en el año 1955, convocadas y organizadas por el entonces gobernador civil, don Antonio Rueda y Sánchez Malo, y que tuvieron una amplia repercusión nacional.

Se celebraron del 18 de mayo al 22 del mismo mes y participaron en ellas setenta y tantas personas consideradas entonces como los mejores escritores y periodistas del momento que ocupaban dos amplios autocares. Entre ellos recuerdo a Ignacio Aldecoa, Jaime Campmany, José Luis Castillo Puche, Antonio y Demetrio Castro Villacañas, Guillermo Díaz Plaja, Antonio Díaz Cañabate, Francisco García Pavón, Sebastián Juan Arbó, Rafael García Serrano, César González Ruano, Pilar Narvión, Federico Muelas, Luis Rosales, Eugenia Serrano, Carlos y Eulalia Soldevilla, Álvaro de la Iglesia, Juan Antonio Zunzunegui y hasta el Marqués de Hoyos y Vinet, entre los más veteranos. Aparte de ellos, como extremeños participaban Pedro de Lorenzo, Juan Fernández Figueroa y los periodistas y escritores locales y regionales, cuya lista completa sería larguísimo dar.

Alrededor de todo ello se publicó un libro con amplia documentación sobre toda la provincia y la ruta a recorrer, que recogía también un curiosísimo soneto al puente de Alcántara del que eran autores 14 poetas del momento que habían compuesto un verso cada uno.

Las cinco jornadas abarcaron pormenorizadas visitas al Valle y La Vera, a los pantanos, a Yuste —donde se degustó una comida digna del Emperador—, a Coria, a la ruta de las cacerías, a Alcántara, Trujillo, Guadalupe y todos y cada uno de los puntos importantes que ver, sin olvidar la artesanía y la variadísima gastronomía extremeña. Todo venía saliendo muy bien y los periódicos nacionales comenzaron a ocuparse de ello —que en definitiva era lo que se pretendía— pero un leve incidente, una falta de tacto del gobernador, echó por tierra los frutos. En la despedida, tras una suculenta comida, al señor Rueda se le ocurrió decir algo así: “Espero que habléis de todo lo que habéis visto por sus valores y no sólo por lo bien que hemos comido durante estos días”.

Diario HOY, 8 de mayo de 1984