Aunque hubiéramos deseado que no hubiera ocurrido, lo del síndrome
tóxico, aunque no se haya llegado a esclarecer del todo, parece ser que ha
servido para que se cumpla aquello de: “No hay mal que por bien no venga”.
Lo decimos porque, aunque tarde, parece ser que la Administración
comienza a preocuparse por la vida y supervivencia de sus administrados. Bien
es verdad que deben haberse hecho la composición de lugar de que, con un par de
golpes más de los manipuladores de alimentos, se podían haber “quedado sin clientela”…
y puestos a elegir es preferible quedarse sin manipuladores que sin
administrados.
Decimos todo esto porque, al fin, los Ministerios de Sanidad,
Agricultura… y un montón de cosas más, se han decidido a publicar las listas
de los productos alimenticios y de los
fabricantes que han sido sancionados con multas globales de 130 millones de
pesetas. Con todo, lo más importante, a nuestro juicio, ha sido el decretar el
cierre definitivo de dos firmas, por su empecinamiento en continuar engañando
al consumidor. Una es, siempre según lo publicado, la de “Juan Lafuente Gil”, y
otra “Producción y Consumo S.A.”. Aparte de ellas, las sanciones han menudeado
a otras muchas firmas que, sin duda, más o menos remotamente han venido jugando
con la salud de todos y si no han llegado a más es porque los consumidores
tenemos mucho aguante y la naturaleza humana suele ser tan sabia que equilibra
“los atentados” que contra ella se hacen en la mayoría de los casos… porque a
estas alturas tenemos que decir que los adulteradores del aceite tóxico, a
nuestro juicio, no tenían la intención de matar a nadie, sino de enriquecerse…
pero sin prever las consecuencias que ese enriquecimiento podría llevar
consigo.
El asunto es delicado, y lo que nos parece mal es que hasta ahora no
se hayan tomado esas medidas drásticas que han venido pidiendo hasta la
saciedad las asociaciones de consumidores y usuarios, a las que debería habérseles
hecho más caso del que se les hizo… Pero como “con aguas pasadas no muele molino”,
demos todo por bueno y esperemos que esas medidas, esas sanciones y esos
cierres sirvan para que se respete la salud de los demás y se frene el
desmedido afán de lucro que salta por ella.
Diario HOY, 18 de febrero de 1982
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